viernes, 27 de enero de 2012

"Déjalo, que es de letras"

Todos hemos escuchado esto alguna vez en boca de alguien. Esta frase es una evidencia más del prestigio social del que gozan las ciencias exactas, y el desprestigio de las ciencias sociales y las humanidades. Predomina la idea de que las ciencias exactas son más "difíciles", y tiene más mérito tirar por esa rama. Pero, ¿quién nos dice que hacer un poema no es más difícil que resolver un problema matemático? ¿O componer una canción, bailar, pintar un cuadro, traducir un texto griego, o hacer teatro? No creo que haya baremos para medir la "dificultad" de estos campos tan distintos unos de otros. Ese querer buscar una medida jerárquica entre disciplinas es uno de los legados de la edad moderna: queremos ordenarlo y clasificarlo todo; vivimos en una época de ESPECIALIZACIÓN, frente al "cocktel" de saberes de las culturas antiguas.






Nosotros proponemos un planteamiento del posible por qué de esta mitificación de la ciencia:
Creemos que la ciencia es el medio por el cual se sigue manteniendo el sistema productivo actual (capitalista). Nos explicamos:
-Vivimos en un mundo en el que nos educan para trabajar y a trabajar para comprar. Así sucesivamente. 
-Si nos educan PARA trabajar, nos educarán según las necesidades del sistema productivo (capitalista): personas que trabajen en las fábricas y en las industrias donde se fabrican OBJETOS MATERIALES (sea el puesto que sea del sistema, desde el obrero, hasta el jefe o el señor de la limpieza).
-Estos objetos materiales conforman la TECNOLOGÍA ACTUAL, y serán puestos a la venta en el mercado para que la gente los compre.
-La tecnología viene de la ciencia.
-Por tanto, para producir tecnología que luego venderemos, también necesitamos educar personas que se dediquen a la ciencia.





La idea es que esta concepción de la ciencia como una disciplina "superior" a las demás, es un instrumento más del sistema. Además, hemos asumido muy profundamente los valores de la modernidad, y evaluamos todo en criterios de racionalidad. Si prestamos atención, muchos discursos comienzan o acaban con el "está demostrado científicamente", utilizando ésto como argumento infalible. Es la idealización de la ciencia.


La ciencia está muy bien y es necesaria en tanto que obedece a unos criterios de racionalidad que consideramos valiosos para atribuir conocimiento sobre el mundo. Pero está visto que no es suficiente. Los aspectos emocionales, irracionales, que no son medibles numéricamente, juegan un papel crucial en nuestras vidas. Y creemos que esta es una de las carencias principales del sistema educativo: nos enseñan muchos datos y muchas cosas curiosas, pero no nos enseñan a conocernos a nosotros mismos, que es la base de todos los demás conocimientos.


Parece que este prejuicio acerca de las humanidades poco a poco se está haciendo más evidente. Probablemente sea porque estamos en una época de crisis de valores, de nihilismo. Y esto se refleja en el aumento desmesurado de depresiones, trastornos de sueño, suicidios (segunda causa de mortalidad entre los jóvenes, después de los accidentes de tráfico), y otros trastornos psicológicos que sólo existen en el ámbito del estado de bienestar.


Pero queremos saber que piensas tú. 


SOPA DE LETRAS

¿Cómo saber que sabemos? ¿Qué es conocer?

Así a voz de pronto, ¿se te ocurre alguna manera de contestar a esta pregunta? Hay muchas tesis filosóficas acerca de este tema, pues la posibilidad del conocimiento es un tema crucial en esta disciplina.


-DEFINICIÓN CLÁSICA DE CONOCIMIENTO
-Definición clásica de conocimiento: Alguien "sabe algo" ("yo sé que tengo piés") cuando su creencia es verdadera (es decir: tengo piés), y cuando va acompañado de una justificación ("tengo pies porque los veo, los siento, etc.). Es decir:
CONOCIMIENTO = CREENCIA + VERDADERA + JUSTIFICADA


-LOS PROBLEMAS DE GETTIER
Edmund Gettier en su artículo "¿Es la creencia verdadera justificada un conocimiento?", presenta un serie de contraejemplos a la definición clásica del conocimiento. Presenta casos en los que se dan las tres condiciones (creencia, verdadera , justificada) y sin embargo no estaríamos dispuestos a admitir conocimiento.
Para ello, Gettier se basa en estas dos aspectos:
-La idea de que es posible estar justificados en creer una proposición que de hecho es falsa.
-Del principio según el cual, si estamos justificados a creer una proposición P y P implica Q,entonces también estamos justificados en creer que Q.

-Ejemplo 1:
Espinete cree que su compañero de trabajo, Pedro, tiene un Renault. Está justificado en su creencia porque ha visto a Pedro venir al trabajo en un Renault, porque ha visto las llaves del coche encima de su mesa, etc. Así, pongamos que la creencia de Espinete de "mi compañero de trabajo Pedro tiene un Renault" es p:
"Mi compañero de trabajo Pedro tiene un Renault" = p
De esta proposición puedo inferir que "hay alguien de mi trabajo que tiene un Ranault" (se sigue lógicamente). Así:
"Hay alguien de mi trabajo que tiene un Ranault" = Q
El condicional sería: p -> Q

Si estoy justificado a creer que p, estoy justificado a creer que Q. Si sé que p, sé que Q.
Sin embargo, resulta que el coche no es de Pedro, sino que es de Rosa que se lo presta.  De tal modo que p resulta ser falsa, y Q verdadera. De tal modo que podemos decir que Pedro estaba equivocado con respecto a su primera creencia, pero estaba en o cierto con respecto a la segunda. Pero, ¿estaríamos dispuestos a admitir esto? ¿Estaríamos dispuestos a admitir CON VERDAD que Espinete sabía que "hay alguioen en su trabajo que tiene un Renault"? 

Esto nos dice que quizás la justificación no sea un requisito para atribuir conocimiento, puesto que en este ejemplo se cumplían todas las condiciones epistémicas de conocimiento (tenía una creencia, era verdadera, y estaba jusiticiado en creerla) y sin embargo, parece que no estamos dispuestos a atribuir conocimiento. Después de todo, su función es no ser confundida con la creencia verdadera.
Pongamos otro ejemplo breve en el que la justificación no interviene en el conocimiento:


-Ejemplo 2:
<<Los sexadores de pollos saben distinguir un pollo macho de una hembra. Siempre han justificado este saber diciendo que lo hacían a través de la vista. Pero se ha demostrado, que en realidad, sin saberlo, lo distinguen por el olor>>. 

En este caso sí estaríamos dispuestos a admitir conocimiento, y sin embargo la justificación, al ser errónea, no juega ningún papel. Parece ser que hay casos en los que "sabemos algo y no sabemos por qué". 





En definitiva, los problemas de Gettier vuelven a levantar la polémica sobre qué es conocer. Han surgido múltiples corrientes de pensamiento acerca de "qué es conocer" o "¿cómo saber que sabemos?", de las cuales expondremos brevemente algunas:
-ESCEPTICISMO: "No tenemos forma de saber que sabemos. No podemos apoyarnos en nada para fundamentar el conocimiento. Nada es demasiado fiable".
Como respuesta al escepticismo:
-FUNDAMENTISMO EMPÍRICO: Sí que podemos conocer. Todo el edificio del conocimiento está construido sobre unos principios o bases autoevidentes que no es necesario justificar. Esta base es la experiencia. Es decir: "tengo pies porque los veo".
-COHERENTISMO: Sólo podemos justificar un conocimiento atendiendo a otro "conocimiento". Es decir, justificamos una creencia con otra creencia. Es algo así como una red o sistema de creencias infinito que no está sustentando en nada. Según ellos es el propio sujeto el que decide donde parar esa cadena infinita. 




-REFLEXIONES:
¿Hay alguno que te parezca más convincente que otro? ¿Estaríamos dispuestos a admitir como conocimiento fiable eso de "eso está ahí porque yo lo veo"? ¿Y si estamos soñando? ¿Y si hay un genio maligno que está empeñado en equivocarnos en nuestras percepciones? ¿O acaso hemos de asumir el argumento escéptico? Pero, ¿no parece anti intuitivo afirmar que no podemos estar seguros de nada, ni siquiera de que "tengo pies"? Aunque parece evidente que sabemos que tenemos pies, ¿cómo lo justificaríamos? Platón decía que no podemos fiarnos de los sentidos; pero ¿por qué?

lunes, 23 de enero de 2012

¿A qué llamamos Arte?

Con esta pregunta se pretende invitar a una reflexión acerca de lo que hoy en día podemos llamar arte. Para facilitar un posicionamiento ante tal cuestión se resumirán las reflexiones de un crítico del arte estadounidense llamada Arthur Danto.

Su reflexión gira en torno a la relación entre arte y belleza. ¿Podemos decir que la belleza forma parte del concepto de arte? Por ejemplo, ¿se podría catalogar como arte un cuadro que representa un cuerpo deformado? Danto no tendría ningún tipo de problema para responder afirmativamente a la pregunta anterior puesto que para él la belleza no forma parte del concepto de arte. Es decir, podríamos ver en una exposición de arte alguna obra que no se caracteriza principalmente por la belleza de sus formas (de hecho parece que esta idea está más que corroborada con el arte de hoy en día).

Para este crítico del arte, una obra puede ser catalogado como obra de arte si y solo si encarna en sí misma una significación independientemente de su belleza. Así por ejemplo, la extrovertida Caja de Brillo (una imitación de caja de supermercado http://www.warhol.org/sp/aract_brillo.html) encarnaría un significado debido a la intencionalidad del artista mientras que la caja que nos encontraríamos en un supermercado no encarnaría tal significado.

Por tanto, para Danto cualquier cosa podría ser considerada una obra de arte siempre y cuando atienda a una intencionalidad del artista.

Otros autores si que le dan una gran importancia a la belleza de la propia obra pero esto entrañaría el problema de como catalogar lo que es belleza, si sería algo propio del gusto del sujeto (con la crítica de que se puede incurrir en subjetivismo) o sería otra cosa. Pero este tema no lo trataremos aquí.

Así pues ¿que pensáis que puede ser catalogado como una obra de arte? ¿es suficiente la intencionalidad de su autor? ¿Tiene la belleza una importancia crucial? 

domingo, 22 de enero de 2012

¿El ser humano es malvado?

¿Qué es el mal? ¿ De dónde viene? ¿Es inerente al ser humano? ¿Es algo social?
Estas preguntas han estado en la boca de todos durante muchos años.
Algunos autores como hobbes defendian que el ser humano era malo por naturaleza, meintras otros como Rousseau defendía lo contrario.
Para Rousseau, el hombre primigenio (el que estaba en el Estado de naturaleza) es un ser sin maldad, en el que predominan dos sentimientos básicos: el amor de sí, es decir el instinto de autoprotección, y la piedad (repugnancia por el sufrimiento ajeno), pero a medida que va creciendo la población se van juntando grupos, esa unión crea falsas necesidades, para cubrirlas el hombre inventa la agricultura y la ganadería, pero cuanto más tiene el hombre más desea, y ciertas personas acumulan riquezas, éstos sufriendo por sus vidas y por sus riquezas debido a los recelos creados promueven un pacto, este pacto será el primer código jurídico.
pra ejemplificarlo hemos decidido mostrar este video, en el cuál una serie de niños, (aún no contaminados por la competitividad social) actuan con bondad y libremente.




¿Piensas que la maldad surge tras vivir en una sociedad agresiva contra uno mismo o que realmente está ya desde el principo en todos nosotros?

Un punto en la inmensidad

Al inicio de la historia de la humanidad el ser humano era el centro del universo, un universo que no iba más allá del sol y algunos planetas del sistema solar.
El sol giraba al rededor de la tierra, la cual estaba en el centro de todo.
Más tarde Galileo ya sostendría que era la tierra la que giraba al rededor del sol.
Y por último, más recientemente, gracias al avance de los telescopios, hemos podido comprender que el universo es mucho más grande de lo que imaginábamos, tan grande que escapa a nuestra propia comprensión.
Tras estos descubrimientos,  la humanidad se encuentra con una nueva pregunta, ¿Puede existir vida fuera de nuestro planeta? Realmente, ¿con qué probabilidad?


Tras ver este vídeo:
¿No parece realmente probable que exista vida fuera de nuestro planeta?
¿Seguimos siendo tan imporatantes los seres humanos, o somos una mera partícula dentro de un grano de arena?

PUNTOS GRISES: Más sobre la distorsión en la percepción de lo real


-EXPLICACIÓN DE LA PARADOJA:
Lo que vemos en esta imagen, son cuadrados negros muy juntos entre sí sobre un fondo blanco. Si nos fijamos bien, se vislumbran puntos grisáceos, o por lo menos más oscuros entre la intersección de cada cuadro. La explicación es la siguiente:
Los bastoncillos y los conos del ojo (que son células que se encuentran en la parte posterior del globo ocular, la retina, que cuando la luz incide sobre ellas crean mensajes nerviosos que envían al cerebro y se transforman en lo que estas viendo) se transmiten información entre sí para aumentar o disminuir la luz que reciben a fin de intentar distinguir la silueta de los objetos. 

Cuando los objetos tienen la misma forma, los bastoncillos y los conos tienden a separarlos, ejemplo:
- Cuando miras un objeto blanco situado frente a una pared blanca, la diferencia entre el objeto y la pared será mínima. Por este motivo estas células de la retina resaltan la diferencia haciendo que el objeto o la pared tengan un matiz de color grisáceo.



En este dibujo los bastoncillos y los conos actúan haciendo que los centros parezcan más oscuros que las líneas que los rodean, así crean la ilusión de un punto oscuro en cada intersección.


-CONCLUSIÓN:
Estas paradojas visuales son la prueba irrefutable de que nuestro cerebro y nuestros sentidos no son perfectos, y que la información que nos transmiten no es completamente fiable. Esto es precisamente lo que Platón decía acerca de que no nos podemos basar en nuestros sentidos para entender la realidad que nos rodea. Y justo justo al hilo de esta entrada publicamos otra: "¿Cómo saber que sabemos?", la cual os recomiendo si os ha gustado esta entrada.

Cascada de Escher



Como no, en este apartado de paradojas visuales, no podía faltar la famosa imagen de Escher, un amante de las paradojas. En este grabado de 1961, utiliza la ambigüedad de la representación bidimensional para ofrecernos un ejemplo de movimiento perpetuo. La inspiración le vino por la lectura de un artículo de R. Penrose en el que hablaba del tribar, la figura triangular tridimensional imposible que explicamos en una entrada anterior de este mismo apartado.